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Tres años después de la caída de Kabul

Una atleta paralímpica se convierte en símbolo de esperanza para mujeres de todo el mundo

“Oscuridad”. Esa es la palabra que viene a la mente de Zakia Khudadadi cuando recuerda el 15 de agosto de 2021, un día que marcó un antes y un después en su Afganistán natal. Fue la fecha en la que los talibanes tomaron el control de Kabul, forzando la huida de millones de afganos y sumiendo al país en un régimen de opresión, especialmente contra las mujeres.

Desde que los talibanes retomaron el poder, las mujeres han enfrentado restricciones extremas, como la prohibición de estudiar o salir sin un acompañante masculino. Sin embargo, Khudadadi, quien ahora reside en París, sigue luchando, no solo en el ring, sino también para inspirar a las mujeres que aún viven bajo esa represión.

Con solo 25 años, Khudadadi se prepara para competir en los Juegos Paralímpicos de 2024 en la categoría de taekwondo K44 de 47 kg. Estos Juegos representan para ella más que una oportunidad de ganar una medalla; son una plataforma para enviar un mensaje al mundo. “Quiero inspirar a las mujeres y niñas, mostrarles que son mucho más fuertes de lo que les hacen creer. Quiero que sepan que, incluso en Afganistán, las mujeres pueden alcanzar grandes logros”, afirma.

Un viaje desafiante hacia la gloria paralímpica

Hace tres años, Khudadadi se encontraba en una situación desesperada en Kabul. Tras la caída de la ciudad, no pudo salir del país y tuvo que esconderse de los talibanes, mientras continuaba su entrenamiento en el jardín trasero de su casa. Con la situación cada vez más peligrosa, la atleta hizo un llamado desesperado en video que se viralizó y, finalmente, logró ser evacuada por la Fuerza Aérea Australiana.

Solo una semana después, debutó en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2021, convirtiéndose en la primera mujer afgana en competir en taekwondo y en la primera en representar a Afganistán en los Paralímpicos desde Atenas 2004. “Si me hubiera quedado, los talibanes me habrían capturado por ser una atleta que desafiaba sus reglas. Solo tenía una opción: huir”, recuerda.

Compitiendo por algo más grande

Para Khudadadi, estos Juegos no se tratan únicamente de ganar medallas. “He sobrevivido a innumerables peligros para llegar aquí. Ahora, quiero usar esta plataforma para dar voz a quienes no pueden ser escuchados en Afganistán”, expresa con determinación. Su misión es clara: demostrar que, incluso bajo la adversidad más extrema, las mujeres y las personas con discapacidad pueden levantarse y luchar por sus derechos.

Un mensaje para mujeres de todo el mundo

Khudadadi no solo busca representar a las mujeres afganas, sino a todas aquellas que enfrentan opresión en distintas partes del mundo. Como miembro del Equipo de Refugiados del COI, siente que su lucha trasciende fronteras. “Aunque me duele no competir bajo la bandera de Afganistán, estoy orgullosa de ser parte del Equipo de Refugiados. Hay mujeres que sufren en Gaza, Sudán, Ucrania y más allá. Mi objetivo es ser su voz”, señala.

En 2023, un récord de 117 millones de personas fueron desplazadas por conflictos, según la ONU. Esta realidad resalta la importancia de la lucha de Khudadadi, quien quiere demostrar que los refugiados son fuertes y merecen oportunidades.

Preparativos para París 2024

Entrenando junto a la campeona francesa Haby Niare, Khudadadi se presenta como una seria contendiente en los Paralímpicos de 2024, especialmente después de ganar el oro en el Campeonato Europeo Paralímpico el año pasado en Rotterdam. De lograr una medalla en París, haría historia al convertirse en la primera medallista paralímpica de Afganistán.

A pesar de los desafíos, Khudadadi está decidida a que su historia sea escuchada. En sus palabras: “Voy a contar mi historia y la van a escuchar, pase lo que pase”.

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